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lunes, 29 de marzo de 2010

En que piensan las mujeres




Nick Marshall (Mel Gibson), un exitoso publicista de Chicago, nunca ha podido comprender la mentalidad femenina, a pesar de su amplia experiencia con el sexo opuesto. Para él las mujeres son juguetes en los que no vale la pena profundizar, y es precisamente su carácter misógino lo que le ha mantenido alejado de su hija, una hermosa chica de quince años.

Pero todo cambia para Nick cuando, luego de un accidente, adquiere la habilidad de escuchar lo que las mujeres piensan cuando se encuentran a menos de cinco metros de distancia. Cualquier mujer que se le acerca lo sorprende con sus inusitados pensamientos, y a pesar de que este don le sirve para comprender un poco mejor por qué las mujeres hacen lo que hacen, pronto Nick se encuentra al borde de la locura, y su talento se convierte en una increíble pesadilla.




Está película siempre me llamó la atención, si bien no creo que sea el único hombre detrás del pensamiento femenino, tengo un especial interés en acercarme lo más posible a él.

Se que es una tarea imposible, muchos lo han intentado, han escrito sobre ello y hasta hecho películas como en este caso. No me doy por vencido aún, y he llegado a pensar si tanto interés por dilucidarlo, no será una muestra de una homosexualidad reprimida.

Muchos me dicen, sobre todo muchas para ser honesto, que soy una persona muy sensible, que capto y entiendo a las mujeres, que no parezco hombre en mi forma de pensar con respecto a muchos temas, sobre todo a los referidos a lo cotidiano, el reparto de tareas en el hogar, el trato hacia ellas, la consideración y comprensión a la mujer en sí.

Por eso muchas veces cuando me adelanto a sus pensamientos, cuando termino frases que pronuncian, quedan sorprendidas y eso me hace pensar si yo no tendré ese don como el de Mel Gibson en la peli.

Creo que es solo una cuestión de experiencia acumulada y el interés que me provoca el tema desde muy joven, por ende soy de escucharlas y trato de entenderlas, hasta un punto quizás que me vuelco muchas veces de su lado para actuar en la vida, me muevo como ellas, siento que soy un mutante, una especie nueva como un Avatar, por llamarlo de alguna manera.

También para ser sincero noto que ellas me tratan como tratarían a un amigo gay, se sienten cómodas, confíadas, escuchadas y entendidas. Como yo con ellas, mis mejores amigas son mujeres, (he escrito sobre el tema), y no tengo el menor temor en decirlo.

Pero me queda picando un pensamiento luego de este análisis, sobre como ejerzo mi rol de padre y de hombre en general, si no estoy demasiado volcado hacia el otro género, si este ablandarse o sensibilizarse por llamarlo de alguna manera, me trae como consecuencia no ser ese sostén y ejemplo que ellos necesitan.

Esa sensación si bien da vueltas en mi mente, tengo la seguridad que si yo fuese mi hijo, preferiría un padre así, a un troglodita que pensara que la mujer sirve solo para lavar los platos o hacer la comida, por decir algo.

Sin dudas me fascina intentar entenderlas y si bien se que estoy muy lejos de alcanzar el objetivo, noto que escapo de la media en cuanto a saber sobre ellas.

Volviendo al tema de ser blando o no, a mi favor digo que la vida se hace más amable al mantener un buen trato con el sexo opuesto, ya que por lo general es con quienes uno tiene más diferencias, roces y encontronazos, justamente por pensar distinto, actuar diferente y por culpa de una cultura milenaria que perdura increíblemente hasta hoy en día, si bien cada vez menos, estas injustas y arcaicas diferencias en contra de las mujeres no ha desaparecido ni mucho menos.

Si uno naturalmente se lleva mejor con ellas es lo mejor que puede pasar, digo naturalmente por qué si se fingiera ser algo que no es para agradarles, uno tendría más rechazo, tarde o temprano la verdad saldría a la luz, y una mujer engañada es más peligrosa que el cartel de Juarez.
Mi intención, como para cerrar, de acercarme al pensamiento femenino es sin dudas la de poder lograr algún día una convivencia interesante y duradera, por ende al conocer determinadas variantes esto traería aparejado, una vez encontrada la persona indicada, beneficios para ambos sin dudas.
Dirán ¿y las mujeres no deberían estudiar el pensamiento masculino?, creo que solo un hombre podría hacer esa pregunta, ya que las mujeres, les diría en forma innata, saben como piensan y de que manera actuar con nosotros, seguramente estan aquellas que se aprovechan de la sencillez de nuestro género, pero yo creo que son las menos, quizás por qué toda mujer es una madre en potencia, con todo lo que eso implica.

lunes, 22 de marzo de 2010

El país de ninguna parte.




Sigo sintiendo que pertenezco al pais de ninguna parte... pero también se que tomé un camino que me llevará si Dios quiere a mi lugar, mientras lo transito veo bosques verdes, ciénagas horribles, campos en flor y abismos sin fin.
Tengo miedo no lo voy a negar, pero también confianza que luego de un tiempo llegaré finalmente a mi sitio en este mundo.

Es difícil seguir la senda que uno se fijó, tanto o más quizás que haber tomado la decisión de iniciar un nuevo camino, ya que la sensación de no pertenencia o destierro es muy palpable en cada paso y acto que uno hace.

Hoy me encuentro bien encaminado, pero lejos aún de mi destino, mi sabio amigo me dice que mi brújula marca la dirección correcta y que lo transito con mucha confianza y velocidad.
Si bien así me siento muchas veces, hay momentos en que mis fuerzas me abandonan, miro a mi alrededor y todo me parece desconocido y tenebroso.
Por supuesto que desconozco por donde voy, jamás he pasado por aquí, y es duro a veces volver por un instante a mi camino anterior para ver a mis retoños, para luego , como un abrupto regreso a la realidad, seguir por el mío.
Ellos allá y yo acá, pero mientras no llegue a mi lugar, tampoco podré decirles a ellos que vengan, solo si como hasta ahora de visita.
Hoy lo hacen pero es como esos paradores al costado de la ruta, todo muy precario y sobre todo con la sensación de lo pasajero.
Por ende no les trasmito a ellos que es su hogar, ya que no siento que así sea. Ellos vienen a este recreo de fin de semana, la pasamos bien no voy a negarlo, pero no deja de ser eso un sitio de paso.
Lo peor para mí es cuando ellos no están, éste luce como esos lugares cerrados fuera de la temporada.
La desolación y el silencio se apodera de todo, nadie con quien hablar, sin risas que suenen, ni besos que retumben, ni abrazos que quiten el aire, ni gritos, ni peleas por quien se sienta en el sillón, o quien ve tal programa en la tele o usa primero la compu, sin nadie que pregunte que hay de comer o si lo ayudo con tal o cual cosa.
Muchos pensarán por qué este cristiano no disfruta de su condición de errante solitario, yo les digo que para ser lobo estepario hay que nacer de esa manera, y no es lo mío precisamente.
Toda mi vida estuve rodeado de gente, esa misma gente que me hizo de la manera que hoy soy, ahora me encuentro sin pertenencia, voy por un sendero donde los arbustos no me dejan ver demasiado lejos, me siento caminado a tientas a la espera nerviosa de lo que vendrá más adelante.
Es verdad aún todavía falta bastante para arribar a mi destino, sin embargo mi temor es el de pasar el resto de mi vida como viajero y vivir por siempre en este el pais de ninguna parte.