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miércoles, 19 de diciembre de 2012

...Un cuento de Navidad...


Lejos de aquél humilde y oscuro corral, bajo  las luces de la ciudad, año tras año reciben al niño infinidad de familias ya sea por tradición muchas o por convicción otras tantas, se reúnen en torno de la mesa, comparten  lo mucho o poco que tienen y al dar las doce, se saludan con un afectuoso feliz navidad. Los chicos presurosos, corren hacia el arbolito, donde instantes antes, supuestamente, un señor de barba ha dejado regalos para ellos, a pesar que casi en sus propias narices sucede el hecho, nunca alcanzan a ver ese momento, por eso por lo general, casi de inmediato, salen presurosos a mirar el cielo, donde sus padres les hacen ver, allá a lo lejos casi en el horizonte del cielo azul, la estela dejada por el trineo tirado por renos.
Acto seguido entran a la casa y se olvidan pronto del tema, obviamente es más interesante disfrutar de los regalos, no hay tiempo para demasiadas preguntas, solo es tiempo de disfrutar los presentes...
Una vez conocí a un niño que pensaba diferente a la mayoría, el agradecía los regalos a ese niñito que estaba en el pesebre, no salía corriendo a la calle para mirar el cielo, se quedaba allí contemplando al niño y hablándole en voz baja le daba las gracias mientras abría los regalos.
No he visto ese gesto en otros chicos, quizás nunca más lo vuelva a ver, ojalá sí algún día...


martes, 4 de diciembre de 2012

...Noctámbulos...



Compartir caricias en la oscuridad,
de cara a la oblicuidad
de los sentimientos encontrados...
Que por algo fueron dejados
al pie de la tenue luz de aquel farol...
Por el cordón de la vereda
recorrieron mil y una lunas nuevas,
hasta terminar aquí en esta noche los dos...
Adoquines brillan
por el lustre de la garúa,
recreando un paisaje
que estremece en la penumbra...
Quizás como nunca vivirán
en ese oscuro azul,
todo aquello que no vivieron aún,
noctámbulos eso son....