Tu aroma,
tu voz de susurro,
tu caminar tan sensual,
tu suspiro al final del día...
Tus ojos en la penumbra,
tu pelo enredado en mis dedos,
tus manos suaves,
tu piel buscando calor en mi cuerpo...
Tú que decidiste transitar
por la vereda del sol...
Dejando atrás la sombra
desnuda en la calle...
Todo ha quedado instalado en mí,
se ha apoderado, hecho carne...
Eres eso que soñé,
cuando pensé que ya era tarde...
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