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viernes, 7 de noviembre de 2008

Hermano


Sinceramente me emociona pensar en él, que tipo bárbaro, no es porque sea mi hermano, pero ahora viendo todo con más panorama, a la distancia y pasados los sacudones, me doy cuenta que como él hay pocos.
Mi hermano Fredy o Fede, 5 años más grande que yo, que paciencia infinita, jamás lo vi enojado, jamás abatatado, desbordado, un tipo al que admiro entre otras cosas por eso.
Quizás porque yo soy todo lo contrario, siento que mis falencias son sus virtudes, que mis miedos sus fuerzas.
Por eso siempre me apegue a él, mi protector, mi ídolo, mi mejor amigo.
No se sinceramente, si todas las relaciones entre hermanos son así, lo que si se es que a medida que escribo, me convenzo cada vez más que estoy haciendo lo que muchos quisieran hacer y no se animan, por vergüenza, apatía, porque no lo sienten o falta de tiempo.
¿Cuanto hay que esperar para halagar a un ser querido, o decirle lo que uno siente por él?
Falta mucho, si Dios quiere para hacerle una placa, por eso me tomo unos minutos para decirle todo lo que agradezco el haber sido mi mejor amigo, y haberme tenido tanta paciencia y amor.
Él me conoce como nadie, sabe de mis flancos débiles y de mis virtudes, ¿saben que? jamás uso ese conocimiento para hacerme sufrir, ni de chicos ( que sería lo más normal del mundo) y menos de grandes.
Hemos estado alejados, sobre todo luego de la muerte de mi padre, pero él en ningún momento sacó a relucir esa supuesta ventaja en mi contra.
Me quiere, siempre voy a ser su "protegido", aunque no nos veamos, el siempre está.
Siempre fui su lastre digo yo, su sombra, el pollito debajo de su ala, por eso hablo de una paciencia y un amor que jamás podré retribuir.
Recuerdo los partidos al fútbol yo siendo el "aguatero" de su equipo, y a medida que los años pasaban metiendome de a poco a jugar con él.
Los interminables partidos en el fondo de casa, yo enojandome por cada gol que sufría y el siempre tratando de calmar mis berrinches, en su lugar otro se hubiese cansado, pero él no, seguía y no se daba por vencido, trataba de "domesticarme" una y otra vez.
También recuerdo las tarde en que jugabamos a los soldaditos en el fondo de casa, cortábamos ramas de ligustrina, y las pinchábamos en el pasto, para formar un "bosque" donde estaban los soldaditos verdes de plástico, con sus tanques y jeeps.
También siendo un poco más grandes, el ir a la cancha de 11 a practicar tiros al arco durante horas, o jugar un partido con sus amigos.
No tengo un solo recuerdo de él enchándome de algún lugar, o diciendo que lo deje tranquilo, o levantándome la mano o ni siquiera gritándome, y si borre algunas de estas cosas, quizás tenga que ver con que para mi el haber convivido con él, fue de lo mejor de mi infancia.

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